Después de todo, ¿Mona Lisa está sonriendo o no? ¡La ciencia garantiza que lo es!
¿No le parece sorprendente que, incluso después de más de 500 años, la sonrisa – o no! – ¿De Mona Lisa todavía despierta tanta fascinación? La pintura fue pintada por Leonardo da Vinci a principios del siglo XVI y bautizada por el maestro como La Gioconda, y, desde entonces, ha habido debates sobre la expresión enigmática de la mujer retratada en la pintura.
El famoso
Hay quien no duda de que la Mona Lisa tiene una sonrisa pícara en los labios, pero muchos historiadores y estudiosos -más poéticos- aseguran que su rostro está sumido en una tristeza intangible, o que, según como observemos el cuadro, la expresión ambigua de la mujer se convierte en algo burlón y hasta siniestro.
Ahora, en un intento por determinar qué factores influyen en la forma en que los humanos interpretan las expresiones faciales, un grupo de investigadores en Alemania realizó un estudio que, según dijeron, reveló, sin lugar a dudas, que la misteriosa Mona Lisa está sonriendo y punto -Final.
Sonrisa traviesa
Según Laura Geggel, del portal Live Science, los científicos mostraron una ilustración del cuadro original a un pequeño grupo de personas, junto con ocho versiones editadas digitalmente, donde las comisuras de los labios de Mona Lisa aparecen más o menos volteadas hacia arriba y hacia abajo. bajo – simulando sonrisas más evidentes o expresiones más tristes.
Algunas de las imágenes editadas digitalmente
Los investigadores mostraron las imágenes al grupo en orden aleatorio 30 veces y pidieron a las personas que describieran las caras. Según explicaron, tanto la imagen original como todas aquellas en las que la Mona Lisa aparecía con expresión “positiva” fueron percibidas por los participantes del estudio como felices en el 97% de las exposiciones.
Los gráficos no mienten
En cuanto a las imágenes con expresiones “negativas”, los participantes no tuvieron ningún problema en percibir el rostro de Mona Lisa como mostrando un rostro triste. Los investigadores incluso realizaron una segunda prueba, en la que mostraron ocho imágenes editadas digitalmente donde la mujer poco a poco aparecía más triste y, nuevamente, los voluntarios acertaron en las descripciones, a excepción de la ilustración original, que seguía percibiéndose feliz.
Mona Lisa triste
Los científicos también notaron que las versiones de aspecto positivo fueron reconocidas más rápida y fácilmente por los voluntarios que las de aspecto negativo, lo que sugiere que nuestro cerebro tiene una tendencia natural a identificar expresiones faciales positivas. ¡Que bien!
La sonrisa de Mona Lisa se utilizó para que los investigadores pudieran evaluar qué factores afectan la forma en que juzgamos los estímulos visuales, como las expresiones faciales, por ejemplo. Los resultados mostraron que nuestro cerebro no se basa en una escala fija de tristeza y felicidad.
De hecho, el cerebro mapea el campo de la expresión facial y adapta su estimación de acuerdo con el contexto y basándose en recuerdos de experiencias sensoriales previas, y comprender cómo funciona este proceso puede ayudar a los científicos en el estudio de los trastornos psiquiátricos.