Este juego maya fue quizás tan popular como el fútbol.
Todo el mundo tiene su deporte favorito, ya sea para verlo o practicarlo, pero en términos de popularidad ninguno de ellos puede compararse con el fútbol aquí. En Brasil, hemos vivido con él desde que éramos niños, nos guste o no, y el Mundial demuestra que, al menos cada 4 años, muchas personas que no siguen el deporte apartan la mirada de al menos un partido.
Aparentemente, los juegos en los que la gente usa pelotas han sido populares durante mucho tiempo. Los pueblos que habitaban la región mesoamericana, siendo los más conocidos los mayas y los aztecas, practicaban un deporte que en algunos puntos se asemeja al fútbol, y la evidencia demuestra que era bastante común.
Los tribunales
La cantidad de canchas que sobrevivieron al tiempo muestra la importancia de este juego en ese momento. Además, están ubicados en regiones de ciudades antiguas destinadas a rituales sagrados, lo que sugiere que quizás la práctica se llevó a cabo más que por puro entretenimiento.
En general, tenían forma de “I”, pero con dimensiones bastante variables. De la misma manera que había canchas pequeñas, de 36 x 9 metros, otras eran gigantescas, de 168 x 70 metros; es decir, más grande que un campo de fútbol actual. La zona interior tenía un césped plano, rodeado de muros, sobre el que se colocaban los aros utilizados para el juego, y la altura de estos elementos también era variable.
El juego
La bola utilizada, hecha de una mezcla de látex, tenía entre 25 y 30 centímetros de diámetro y pesaba entre 1,5 y 3 kilos. Teniendo en cuenta que un balón de fútbol moderno pesa 500 gramos y tiene un diámetro de 22 centímetros, este no era un juego para personas sensibles. Por tanto, los jugadores utilizaron protecciones para el cuerpo, principalmente en la zona de la cintura, pero en algunos casos también en codos, rodillas y hombros.
Los registros de cómo funcionaba el juego son escasos, pero dada su popularidad y amplitud, se cree que hubo variaciones en las reglas según la región. Según los colonos españoles, que llegaron allí en el siglo XV, los partidos se jugaban entre equipos de dos a cinco personas.
Registro realizado por españoles en 1532
En un principio, el objetivo era pasar el balón por el aro fijado en el lateral del campo, situado en la parte superior. Puede parecer relativamente simple e incluso parecerse vagamente a un partido de baloncesto o fútbol, pero la diferencia es que no puedes usar las manos ni los pies. Como tal, la forma más efectiva de jugar era usando golpes de cadera, golpeando la pelota de látex de acuerdo con tus saltos.
Hay registros de una versión en la que se usaban palos para mover la pelota, similares a los que se usan en los partidos de hockey, pero debido al bajo número de registros, es probable que su popularidad fuera mucho menor.
religiosidad
En general, el juego fue de gran importancia para la comunidad. Las salidas se representaron en esculturas, pinturas de cerámica y decoraciones arquitectónicas, además de trofeos, que se encontraron enterrados junto a los que probablemente lo merecían.
Mural que muestra el sacrificio del capitán perdedor
Se desconoce el contexto, pero algunos partidos terminaron con el capitán, o incluso todo el equipo perdedor, siendo sacrificado. Como este tipo de ritual era común en la cultura de estos pueblos, el juego probablemente tenía algún significado religioso. Hay registros en los muros de las canchas que han resistido hasta el día de hoy, lo que es un fuerte indicio de esta hipótesis.
Debido a la gran cantidad de canchas que aún quedan, varias en la misma ciudad, es imposible no imaginar que este deporte era popular en ese momento. Con una colonización agresiva, como sucedió aquí, se suprimió toda la cultura de estos pueblos. Hoy son varios los eventos deportivos que movilizan a millones de personas como espectadores, pero ¿te imaginas si uno de ellos fuera el milenario deporte mesoamericano?