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¿Existe alguna base científica para la ley de Murphy?

Te despertaste media hora tarde, no tuviste tiempo para tomarte el café, saliste de la casa a toda prisa y de camino a la parada del autobús te duchaste cuando ese auto atravesó el charco a tu lado. Si todo esto no fuera suficiente, el conductor del autobús no vio su señal y pasó directamente a su lado. Aquí hay una descripción de un día sin mucha suerte.

Son muchas las personas que, en estos casos, describen la situación como parte de la Ley de Murphy, cuyo principal fundamento es: cuando algo puede salir mal, saldrá mal. Probablemente hayas oído hablar de ella, pero ¿es todo esto cierto? ¿Qué tienen que decir los científicos sobre la desafortunada ley?

Verdad verdadera


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Primero: la ley existe y la ciencia la reconoce como verdadera. Según el sitio web Ask a Mathematician, el lado matemático que lo demuestra es extremadamente complejo. Una máxima que explica la aplicabilidad de la ley es que nada dura para siempre. Basado en este principio, es fácil saber que las partes de la computadora eventualmente se desgastarán, por ejemplo.

Sin embargo, la explicación a través de la lógica aleatoria no puede dilucidar la ley en su conjunto, aunque este tipo de “coincidencia” es una fuerte indicación de que hay alguna ley de la física detrás de los decretos de Murphy.

Estudio de caso


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El científico Robert Oppenheimer es un pionero en los estudios de la Ley de Murphy, basado en su propia historia desafortunada: sus colegas le habían advertido que cuando estaba presente con otras personas en el laboratorio, la posibilidad de que alguien dejara caer un muffin y una bola de masa al suelo era 42%.

Puede que la situación le parezca divertida, pero Oppenheimer incluso fue “invitado” a dejar de trabajar en los laboratorios. Fue entonces cuando comenzó a estudiar la Ley de Murphy y no solo encontró que la ley era verdadera, sino que también la clasificó como “fuertemente injusta”. Para él, era importante no subestimar el poder del que insiste en equivocarse.

Pie izquierdo


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El caso es que hay algunas personas desafortunadas, que parecen tener una pequeña nube negra sobre sus cabezas. Estas personas son las “víctimas” de las leyes de Murphy.

Edward Murphy era capitán de la Fuerza Aérea Estadounidense y, por supuesto, la primera víctima de la ley que crearía. Su trabajo como capitán era probar los efectos de la desaceleración rápida en los aviones, y a Murphy se le ocurrió la idea de crear un dispositivo que ayudara a los pilotos involucrados en la tarea. El problema era que el dispositivo, que se suponía que debía calcular los latidos del corazón y la respiración de los pilotos, no funcionó y provocó una avería general.

Murphy terminó con la película quemada y luego creó la ley que decía: “Si algo tiene la más mínima posibilidad de salir mal, ciertamente lo hará”.

Echa un vistazo a otras variantes de esta ley y cuéntanos: ¿crees en ella?

– Si algo puede salir mal lo hará. Es más, saldrá mal de la peor manera, en el peor momento y de una manera que cause el mayor daño posible;

– Todo cuerpo sumergido en una bañera hace sonar el teléfono;

– La información más necesaria es siempre la menos disponible;

– La línea al lado siempre se mueve más rápido;

– Cada partícula que vuela siempre encuentra un ojo;

– La probabilidad de que el pan caiga con la mantequilla hacia abajo es proporcional al valor de la alfombra.

* Publicado el 23/04/2013

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