Las bacterias se alimentan de electricidad para sobrevivir
Sabemos que hay varios seres vivos que se alimentan de cosas muy extrañas: hongos, insectos e incluso la electricidad forma parte del menú de algunos de ellos. Ahora conozca un poco sobre algunas bacterias que obtienen energía precisamente de la electricidad.
¿Recuerdas ese meme de “la boca fue hecha para comer”? Desafortunadamente, esto no se aplica a las bacterias, ya que no se alimentan como los humanos y otros animales. Por tanto, necesitan otra forma de alimentarse (y en consecuencia, un material que se pueda ingerir de otra forma).
¿Como eso es posible?
En una investigación realizada por la Universidad de Washington, se encontraron algunos tipos de microbios que pueden extraer electrones directamente de una red de electrodos, que es una de las principales fuentes de alimento en caso de escasez de nutrientes.
“Me emocioné cuando descubrimos que estas bacterias fototróficas utilizan un nuevo paso de procesamiento para regular la producción de las proteínas de transferencia de electrones clave involucradas en este proceso”. Dijo el primer autor del estudio, Dinesh Gupta.
Obtener esta energía por bacterias es una situación muy intrigante para los investigadores, ya que la capa externa de estos seres es no conductora e impermeable a minerales y / o electrodos de hierro insoluble.
Entonces, ¿cómo sucede esto? El estudio mostró que una bacteria llamada Rhodopseudomonas palustris crea un canal para que pueda aceptar los electrones incluso con las barreras de su capa exterior.
Para ello, el pequeño ser dispone de una molécula auxiliar, denominada citocromo deca-hemo c, que contiene hierro. Al procesar esta proteína, podrá comer su deliciosa electricidad.
¿Cuáles son los beneficios de conocer estas bacterias que se alimentan de electricidad?
Los investigadores creen que, con este descubrimiento, es posible crear una plataforma bacteriana con este tipo de microbio. Al alimentarse de la electricidad, producirán los denominados “compuestos de valor añadido”, como los biocombustibles.
El siguiente paso de los investigadores es encontrar más bacterias “devoradoras de electricidad” en la naturaleza, y así comprender más fácilmente la importancia de este proceso en la evolución metabólica y la ecología de los microorganismos.