¿Puedes distinguir una risa falsa de una real?

No sirve de nada intentarlo: los falsificadores son fáciles de detectar en cualquier parte del mundo, especialmente cuando se trata de la risa forzada. Esto es lo que señala un nuevo estudio sobre 21 culturas, con países de todo el mundo.

En él, los investigadores entrevistaron a 884 personas para tratar de identificar patrones de risa e interpretación de la risa. El objetivo era analizar si existe una diferencia entre culturas y si las personas pueden reconocer fácilmente cuando la risa corre espontáneamente y cuando se ensaya.

Cada participante del estudio un intercambio entre diferentes universidades en varios países: fue invitado a escuchar grabaciones de risas reales y naturales y risas falsas y forzadas. En ambas situaciones, las que se rieron en los audios fueron siempre mujeres estadounidenses de entre 18 y 20 años, generalmente estudiantes universitarias.

El resultado del análisis mostró que, a pesar de las variaciones culturales e incluso sin ver quién reía, los participantes pudieron identificar la diferencia. Escuche los audios presentados aquí:

Las risas genuinas, según los investigadores, eran más fuertes y agudas, lo que significa que son respuestas primarias y muy emocionales, ya que sus características sonoras son muy similares a las que se observan en casos de dolor y angustia.

Según los investigadores, estas reacciones son respuestas que se desarrollaron junto con la evolución humana mucho antes que la capacidad de fingir. No sea espontáneo y ofrezca una respuesta falsa y forzada. como una risa falsa es una habilidad creada junto con el habla, según los expertos.

Desacuerdos

Lo más interesante de este nuevo estudio es que involucra a personas de diferentes lugares del mundo, lo que también impacta los resultados de la investigación y la contrasta con otras realizadas anteriormente. lo que probablemente también indica que el multiculturalismo influye en los resultados.

Por ejemplo, otra encuesta realizada por la Universidad de Los Ángeles, California, mostró que un tercio de las veces podíamos engañar a otros con una risa falsa. Además, los responsables de esta convicción no son solo la agudeza del sonido y el volumen de la risa, sino también su velocidad y respiración.

En el caso de la velocidad, el coordinador del estudio el profesor de comunicaciones Greg Bryant señaló que cuanto más rápida era la risa, menos probable era que fuera falsa; por otro lado, cuanto más lento, más probable es la indicación de falsedad.

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