La historia de la finca que mantuvo esclavos y difundió el nazismo en Brasil
La finca Cruzeiro do Sul, ubicada a 160 kilómetros de la ciudad de São Paulo, fue uno de los principales ejemplos de la presencia de la ideología nazi en Brasil entre las décadas de 1930 y 1940. Sin embargo, la verdadera historia detrás de los símbolos esparcidos por toda la propiedad llegó a luz recién en 1990 y cobró aún más fuerza con el descubrimiento e informes de dos de los supervivientes de ese lugar.
Los primeros signos vinieron de los ladrillos que se revelaron en uno de los edificios y claramente tenían la impresión de la esvástica nazi. Para reforzar el ideal, también había fotos antiguas (como la que se muestra arriba), que fueron encontradas por José Ricardo Rosa Maciel -entonces dueño del inmueble-, en las que aparecía el símbolo. Tales pistas fueron llevadas al historiador Sidney Aguilar Filho, quien decidió profundizar y desentrañar los detalles de esta historia.
Nazismo y acción integralista
Al estudiar el caso, el historiador descubrió que la finca Cruzeiro do Sul, cercana a Campina do Monte Alegre, en São Paulo, pertenecía a la familia Rocha Miranda. La propiedad fue administrada por su padre, Renato, y sus dos hijos, Otávio y Osvaldo, quienes eran miembros de la Acción Integralista Brasileña (AIB), un movimiento político creado en 1932 basado en los ideales del fascismo europeo.
Fuente de imagen: Revista Reproducción / Historia
Y, para mantener los servicios de la finca, 50 niños (en su mayoría huérfanos, negros y en el grupo de diez años) fueron enviados desde Río de Janeiro al interior de São Paulo. Fueron tomadas con la promesa de buenas condiciones, con espacio para divertirse y la garantía de una vida mejor. Sin embargo, cuando llegaron a la propiedad, se vieron obligados a trabajar la tierra y cuidar de los animales, teniendo las mismas responsabilidades que los adultos y sufriendo graves consecuencias si no cumplían con las expectativas.
Los niños, llamados por números, no podían salir de la granja, rara vez se les pagaba por sus servicios y eran constantemente golpeados. Tales condiciones hicieron que algunos huyeran, pero algunos se quedaron en la propiedad hasta ser “liberados”. Gran parte de lo que se sabe sobre la influencia nazi y el sistema de esclavitud utilizado en la finca Cruzeiro do Sul se descubrió a partir del testimonio de sobrevivientes y documentos que luego fueron encontrados por el historiador.
Vivir para contar
Argemiro dos Santos, ahora jubilado, fue uno de los niños que huyó de la propiedad y pasó por varias ciudades (y países) antes de llegar a Foz do Iguaçu, Paraná, donde vive con su esposa e hijos. El ex trabajador agrícola sirvió en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial y también fue un jugador de fútbol aficionado.
Aloísio Silva, de 90 años, es uno de los niños que se quedó en la finca hasta que fueron liberados y aún vive en la región, pero no le gusta comentar lo sucedido. Lo más impresionante es que, aunque nunca volvieron a tener contacto, los dos supervivientes presentan relatos muy similares sobre las terribles condiciones en las que vivían en la finca Cruzeiro do Sul.
Y, para explicar más detalles sobre esta historia, que nos muestra claramente la influencia que tuvo el nazismo en Brasil, la Revista de História, de la Biblioteca Nacional, produjo el documental que pueden ver a continuación: