Un estudio revela que las lágrimas cambian según nuestro estado de ánimo

¿Alguna vez te has parado a pensar en las lágrimas? ¿Crees que esto podría ser una pérdida de tiempo, ya que todas las lágrimas son iguales? Aparentemente puede serlo, pero estudiándolo a fondo, verás que estás completamente equivocado. A través de un microscopio, es posible decir que las lágrimas cambian según nuestro estado de ánimo.

Todo empezó un día en el que Rose-Lynn Fisher pasó por un momento de reflexión y se preguntó si había diferencia entre lágrimas de tristeza, lágrimas de alegría, e incluso aquellas lágrimas que se producen cuando cortamos cebollas, por ejemplo. Decidió invertir en el estudio y descubrió cosas muy interesantes sobre las lágrimas.

La topografía de las lágrimas

El proyecto de Rose-Lynn pasó a llamarse La topografía de las lágrimas (original: La topografía de las lágrimas). A través de él, estudió 100 lágrimas diferentes y descubrió que hay muchas diferencias en las lágrimas según nuestro sentimiento. Cada lágrima lleva un microcosmos de experiencia humana.

Con la ayuda de Joseph Stromberg del Smithsonian College of Arts and Science, Fisher aprendió que hay tres tipos principales de lágrimas: basales (aquellas que el cuerpo produce para lubricar los ojos), reflexivas y psíquicas (provocadas por emociones). Todos llevan sustancias orgánicas, incluidos aceites, anticuerpos y enzimas.

Las lágrimas emocionales están cargadas de hormonas proteicas, incluido el neurotransmisor leucina encefalina, que es responsable del analgésico natural que se libera cuando lloramos porque estamos estresados. Asimismo, las lágrimas psíquicas también pueden ser muy diferentes.

Vistas al microscopio, las lágrimas muestran cristalizaciones únicas que adoptan diferentes formas y varían con la química, la viscosidad, la ubicación, la velocidad de evaporación y la configuración del microscopio, según Rose-Lynn. Por lo tanto, al igual que las huellas dactilares, no hay una lágrima como otra.