Construir la infraestructura de una ciudad no es sencillo ni barato, tanto es así que, aún hoy, hay lugares que no tienen soluciones consideradas comunes en los grandes centros. Por tanto, es necesario tener una muy buena razón para dejar un lugar donde ya existe gran parte de esta estructura.

La civilización Harappa, que vivió en el valle del río Indo hace 4.000 años, probablemente pasó por ese dilema. Al ocupar la región donde hoy se encuentra Pakistán, estas personas dejaron huellas de una economía próspera e intercultural, pero, alrededor del 1800 a.C., abandonaron ciudades altamente estructuradas y se mudaron a las afueras del Himalaya. El análisis del cambio climático en la región mostró que probablemente este fue uno de los motivos de esta migración, que puede servirnos de señal de alerta.

Cambios naturales

Nuestro problema actual es el calentamiento global; sin embargo, una investigación reciente, que analizó información sobre sedimentos del Mar Arábigo, encontró que la gente de Harappa sufría de una “mini Edad de Hielo”. Los cambios hicieron que los inviernos se volvieran más húmedos, disminuyendo así la cantidad de lluvia durante el verano. Sin riego suficiente para la agricultura, la única opción era migrar a un lugar con condiciones climáticas más favorables.

Para Liviu Gosan, geólogo y autor principal del estudio, “aunque las lluvias irregulares del verano dificultaron la agricultura a lo largo del río Indo, al pie de las montañas, la humedad y la lluvia llegaron de manera más predecible. Las tormentas invernales del Mediterráneo azotaron el Himalaya y crearon lluvias en el lado paquistaní, alimentando pequeños arroyos. El volumen de agua era mucho menor de lo que estaban acostumbrados los Harappas, pero al menos podían contar con el fenómeno ”.

El análisis solo fue posible gracias a tipos específicos de sedimentos presentes en el lecho marino de Arabia. El cambio climático se identificó a través de un plancton, llamado foraminífero, que se desarrolló notablemente durante los monzones invernales. En estas ocasiones, los vientos trajeron nutrientes del fondo del océano a la superficie, provocando una ola de vida vegetal y animal.

El plancton sirvió como indicador de qué capas representaban la temporada de los monzones, y dado que el ambiente tiene un bajo nivel de oxígeno, los investigadores pudieron analizar el ADN de otros fósiles que también estaban muy bien conservados. Esto generó condiciones para la identificación de gran parte de la fauna y flora que habitaba la región en ese momento.

Efectos potenciales

A pesar de la gran cantidad de información sobre el entorno en el que vivían los Harappa, no fue posible establecer las verdaderas razones de su cambio. El hecho es que esto sucedió, y el cambio climático puede haber jugado un papel importante en este esfuerzo. Las laderas del Himalaya proporcionaron condiciones de vida razonables durante un tiempo, pero las lluvias terminaron disminuyendo allí también, culminando con la extinción de la civilización.

Giosan y su equipo creen que la llegada de la cultura indo-aria a la región, con herramientas de la Edad del Hierro, caballos y carros, también juega un papel importante en lo sucedido. La combinación de cambios pudo haber sido lo que culminó con el fin de la civilización Harappa, algo que se ha identificado en varias ocasiones en la historia de la humanidad.

Hoy, además de los cambios que ocurren de forma natural, nos apoyamos en la potencialización de los efectos de la contaminación, producida deliberadamente. A pesar de los intentos por contener esta escalada de la temperatura global, muchos líderes nacionales se niegan a ver las consecuencias que puede causar la producción indiscriminada de contaminantes.

En el pasado, migrar a una región donde las condiciones son más propicias para una vida cómoda no era tan simple, pero no había barreras como hoy. Investigadores de todo el mundo señalan que los cambios recién comienzan y regiones sujetas a frecuentes inundaciones, como la ciudad de Bangladesh, o muy favorables a la aparición de tornados, como el sur de Estados Unidos.

En un planeta cada vez más inestable, el aumento de los desastres naturales puede ser el detonante de una agitación social o una migración masiva, lo que genera problemas humanitarios globales. La solución a una situación como esta no es nada sencilla, por lo que la mejor salida es prevenirla, ya que puede que no sea posible remediarla.

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By memeo

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